9a. Sinfonía de Beethoven Filarmónica 5 de mayo

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  • 9a. Sinfonía de Beethoven Filarmónica 5 de mayoLa Filarmónica 5 de mayo, bajo la dirección de Fernando Lozano, ejecuta La 9a. Sinfonía de Ludwig van Beethoven (Alemania, 1770 - Austria, 1827) dentro del marco de conciertos de la Temporada Otoño 2017.
Semblanza

La Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven (Alemania, 1770 – Austria, 1827), con toda la popularidad que le es propia, resulta un caso especial en el catálogo de este autor. Su proceso de escritura fue difícil. Es significativo el hecho de que exista un espacio de 12 años entre la Octava sinfonía y la Novena. Aquella fue terminada en 1812 y ésta en 1824.
En 1817, la Sociedad Filarmónica Real de Londres encargó al maestro una obra, para lo cual decidió trabajar sobre algunos apuntes hechos en 1811 y en los que se advertía ya un sustento tonal en re menor. En 1818, mientras escribía su Missa Solemnis, Beethoven tenía en mente dar forma a otras dos sinfonías, una de ellas con un coral y otra puramente instrumental. En 1822, al completar la Missa, la sociedad londinense le recordó el encargo hecho cinco años atrás y el músico se vio con el compromiso de satisfacer la petición considerando concretar la sinfonía instrumental.
Recordó un antiguo proyecto, ideado en 1793, que consistía en llevar a la música el texto An die Freude (Oda a la alegría) del poeta, dramaturgo, ­filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller. En 1823, la que sería su Sinfonía n.° 9 ya mostraba caracteres de grandiosidad y magnificencia, de modo que Beethoven la consideró el marco adecuado para la oda de Schiller.
A partir de un texto de Jorge Vázquez Pacheco.

Director titular: Fernando Lozano

Enivia Muré, soprano

Mónica Covarrubias, mezzosoprano

Rogelio Marín, tenor

Jacob Bravo, barítono

Coro de la Compañía de Ópera de la BUAP

Dirección: Magda Rey

Coro de La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Dirección: Agustín Peñuela Cortés


La Sinfonía n.° 9 en re menor, Op. 125 Coral se grabó dentro del marco de la Temporada de conciertos de Otoño 2017 de la Sinfónica 5 de mayo, el 25 de noviembre en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (CENART), Ciudad de México (CDMX).

Notas al programa

Ritual

Manuel Enríquez (México, 1926 – 1994)

Originario de Ocotlán, Jalisco, este compositor es una de las personalidades más significativas en el contexto de la música mexicana contemporánea. Su prolongada y fructífera trayectoria abarcó todos los campos del quehacer musical –incluyendo la función administrativa– y en todos registró una destacada actuación.

Como autor representa la apertura decisiva hacia la vanguardia y la ruptura con las formas nacionalistas. En su creatividad inicial mostró una notable inclinación hacia la politonalidad, con ciertos rasgos que sugieren la influencia de Paul Hindemith, particularmente en su Suite para violín y piano (1949) y en su Concierto para violín y orquesta (1954). Pero en sus obras posteriores observamos la evolución hacia el atonalismo y el serialismo selectivo, en medio de estructuras formales de mayor libertad.

Desde 1964 trabajó también sobre las técnicas aleatorias y fue uno de los primeros mexicanos que incursionaron con notable acierto en la música electroacústica.

Aunque su música de cámara ha sido ejecutada y bien recibida en muchos escenarios del mundo, sus trabajos orquestales se contemplan como ejercicios de madurez que influyeron decisivamente en muchos compositores jóvenes. Destacan sus partituras Trayectorias (1967), Ritual (1973) y Raíces (1977). Lo mismo ocurre con sus cinco cuartetos de cuerda (escritos entre 1957 y 1988), que sintetizan su lenguaje expresivo característico y que forman parte del repertorio mejor acabado

en la música de cámara creada en México durante la segunda mitad del

siglo XX. Ritual fue estrenada en abril de 1973, en Toulouse, Francia, por la Orquesta de la Radio Televisión Francesa, bajo la dirección de Luis Herrera de la Fuente. En torno a esta partitura, el autor redactó que su intención fue dejar estados de misticismo combinados con otros festivos y otros más de incertidumbre anímica. En un contexto de cierta libertad, aunque no es del todo aleatoria, el director de la orquesta es “el único que realmente puede transformar la estructura de la obra”.

Sinfonía n.° 9

Sinfonía n.° 9 en re menor, Op. 125 Coral Ludwig van Beethoven (Alemania, 1770 – Austria, 1827)

La Novena sinfonía de Beethoven, con toda la popularidad que le es propia, resulta un caso sumamente especial en el catálogo de este autor. Su proceso de escritura fue difícil y tortuoso, de lo cual es significativo el hecho de que exista un espacio de 12 largos años entre la Octava sinfonía y la Novena. Aquella fue terminada en 1812 y ésta en 1824.

En 1817, la Sociedad Filarmónica Real de Londres realizó un encargo al maestro, para lo cual éste decidió comenzar a trabajar sobre algunos apuntes que había hecho en 1811 y en los cuales ya se advertía un sustento tonal en re menor. En 1818, mientras escribía su Missa Solemnis, Beethoven tenía en mente dar forma a otras dos sinfonías, una de ellas con un ­nal coral y otra de conclusión puramente instrumental. Pero en 1822, al completar la Missa, la sociedad londinense le recordó el encargo de cinco años atrás y el músico se vio con el compromiso de satisfacer la petición considerando la posibilidad de concretar la sinfonía instrumental. Un remate sinfónico cantado en alemán, además de inusual para la época, seguramente carecería de sentido para el público inglés. Pero los bocetos que había preparado para el ­nal instrumental ya habían sido utilizados en el último movimiento del Cuarteto en la menor, opus 132, de modo que no había opción y tendría que emplear el material pensado para la sinfonía vocal. En esos días recordó un antiguo proyecto, ideado desde el lejano año de 1793, que consistía en llevar a la música el texto An die Freude (Oda a la alegría), del poeta, dramaturgo y ­filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller. Durante muchos años esta idea regresaba a la mente del compositor, sin encontrar el esquema de adecuada monumentalidad para incrustar dicho texto.

En 1823, la que sería su Sinfonía n.° 9 ya mostraba los caracteres de grandiosidad y magnificencia, de modo que Beethoven la consideró el marco adecuado para la oda de Schiller. Vino entonces la tarea de encontrar una solución satisfactoria al problema que representaba la transición de los tres fragmentos orquestales anteriores hacia un cuarto cantado con solistas y coro mixto. Luego de varios intentos nada satisfactorios, optó por un procedimiento de carácter tan personal como insólito. De este modo, el inicio del cuarto movimiento, con sus citas a temas de los movimientos precedentes mediante la voz de violonchelos y contrabajos, se convirtió en el recitativo orquestal más sorprendente hasta entonces escrito. Después de esto, un murmullo en las cuerdas graves esboza el tema que acompañará las frases de Schiller para hacerlo pasar paulatinamente a la totalidad de la orquesta, en un ámbito de jubiloso entusiasmo. Es entonces cuando se da la primera intervención vocal, asignada al barítono.

Pero las proporciones majestuosas de la Novena sinfonía no se dan sólo en el cuarto movimiento. El inicio mismo es tan sorprendente que se erigió como modelo que siguieron compositores posteriores a él y a lo largo de casi un siglo. Se trata de un principio en forma de trémolo, misterioso e indefinido, en que el tema no se presenta de inmediato sino que tarda en cobrar forma. El scherzo, por su parte, pasó a ser el segundo movimiento en lugar del tercero. Inicia con cuatro compases dialogados entre cuerdas y timbales y se desarrolla en forma de fuga a cinco voces a la manera de un ensayo sobre una sola ­figura rítmica, con irrupciones esporádicas de un rústico trío en tonalidad mayor y un segundo motivo en tonalidad de fa. El tercer tiempo es, básicamente, una larga y tranquila melodía cuyas variaciones alternan con una melodía complementaria. Todo ello prepara la irrupción del cuarto movimiento, el que contiene la Oda a la alegría.

Hacia el último fragmento, una vez que la orquesta en pleno ha presentado la sencilla y conmovedora melodía del tema principal, que aquí desemboca en una fuga de formidable complejidad, el barítono se enfrenta al aparente desorden sonoro con las palabras “Amigos, estos sonidos no. Entonemos algo más agradable y lleno de alegría”. Luego entona el tema principal seguido por el coro y los otros tres solistas. Sigue el vivace en forma de marcha, sobre la que canta el tenor antes de la irrupción de otra agitada fuga en la que predomina el tema enunciado por el tenor. Cuando se interrumpe este pasaje de vorágine, el coro irrumpe ahora con el tema principal apoyado por rápidas ­guras enunciadas por las cuerdas. Viene después el andante maestoso, con participación de tenores y barítonos en el coro acompañados por los trombones. Los solistas y el coro alternan cantando un tema nuevo; después de unos momentos en el que los solistas abordan una compleja sección, todos se deslizan hacia el paroxismo del arrollador y jubiloso ­final.

Las crónicas de la época registran que el éxito en aquella noche del 7 de mayo de 1824 rebasó las expectativas generadas. Beethoven, quien con todo y su sordera absoluta dirigió el estreno de su sinfonía, no pudo percatarse de las salvas de aplausos que el público dedicaba a los intérpretes. Entonces, la soprano Caroline Unger le tomó de la mano y le hizo voltear hacia un público que aplaudía con intensidad y entusiasmo pocas veces registrados.

Desde luego que una obra con tantos elementos novedosos no pasaría inadvertida para los críticos de la época y fue precisamente la parte coral la más criticada. Durante los ensayos trascendió la inconformidad de algunos cantantes del coro, que se quejaban desde las notas agudas que el autor exigía, hasta la forma por completo atípica de escritura vocal en que las demandas son tan difíciles que algunos consideraron esta parte imposible de cantar.

La explicación simple podría encontrarse en la sordera de Beethoven, pero el asunto es más complejo. Hacia la época de este músico, la producción para grupos vocales se apegaba a modelos obsoletos y nada adecuados al nivel alcanzado en la escritura instrumental. Por lo mismo, cuando Beethoven intentó escribir música vocal como complemento para su sinfonía, el resultado fue más allá de las posibilidades normales de los coros. Aún ahora con las modernas técnicas de enseñanza y práctica, la Novena sinfonía se mantiene dentro del repertorio propio de conjuntos corales de amplias posibilidades artísticas.

Jorge Vázquez Pacheco

Enlaces

https://www.buap.mx/ [Consulta: 19 octubre 2018]

Participantes

FERNANDO LOZANO 

Director Titular Filarmónica 5 de mayo

Estudió música en México, Francia, España, Italia y Países Bajos. Inició su trayectoria profesional en 1961 y desde entonces ha participado como director de ópera y de las principales orquestas sinfónicas de México, Alemania, Argentina, Austria, Canadá, ex Checoslovaquia, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Hungría, Polonia, Puerto Rico, Rusia, Lituania, Uruguay y Venezuela. En 1971 fue nombrado Director de la Orquesta de la Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes, puesto que ocupó durante tres años. En 1978 formó la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, con la que ofreció conciertos en importantes escenarios de América, Asia y Europa. En 1987 promovió la formación de Orquestas y Coros Juveniles de México, programa nacional que llegó a integrar más de 100 sinfónicas. De 1990 a 1996 fue fundador y Director Artístico de la Orquesta Sinfónica “Carlos Chávez”. Creó y fue Director del Festival de Música y Danza de Monterrey y Director Artístico y fundador del Festival Internacional de Música de Morelia. Ha impartido Dirección de orquesta en el Conservatorio Nacional de Música, la Escuela “Vida y Movimiento” y en la Escuela Nacional de Música de la UNAM (cátedra Manuel M. Ponce). En 1997 fundó la Orquesta Sinfónica Miguel Hidalgo de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y fue su Director Artístico durante cuatro años. En 1981 recibió en París el Óscar “Georges Auric” de la Academia del Disco Francés y en 1996 el Orfeo de Oro “Michel Garcin” de la Academia Francesa del Disco Lírico “A la mejor creación discográfica” por la primera grabación mundial de la ópera Ildegonda, de Melesio Morales. Desde febrero de 2013 es Director Artístico de la Filarmónica 5 de Mayo.

FILARMÓNICA 5 DE MAYO 

Fernando Lozano, Director titular Balbi Cotter, Concertino Violines Primeros Jackeline Walkirya González Ruiz, Aleksander Antoni Dechnik Vázquez, Alberto Lora Grajales, Jacinto Alatriste Reyes, Martha Angélica Vázquez Jarquín, Paulina González Escobar, Daniel Itzcoatl Uribe Domínguez, Julia Martínez Zarzosa Guerrero, Paulina Espinosa Hernández, Omar César Martínez Ponce, Aina Delfín Roji y Joel Andrés Sierra García | Violines Segundos María Argelia Barajas Nava, Ignacio Delfín Roji, Irving Brenis Nolasco, Irene Cuellar Ledezma, Omar Montes Cuevas, Fernando Rodríguez Huerta, Juan Pablo Guillén Bermúdez, Gabriel Montuy Ocampo, Karen Cano Magdaleno, Martín Sánchez Ramos y Abraham Sinué Bautista Medrano | Violas Guillermo Gutiérrez Crespo, Gabino Antonio Hernández y Domínguez, José Luis Valentín Vidal, Rey Alejandro Conde Valdivia, Omar Ruiz García, Sergio Bautista Ramírez, Diego Martín Hernández, Federico Herrera Ibarra y Jennifer Lazy Quian López | Violonchelos Jan Zalud, Marie Adelaide Lipkau Martínez, Daniel Hernández López, Omar Sánchez Manriquez, Emmanuel Laurean García, Karla Tovar Guardado, Marcos Daniel Aponte Trujillo y José Ricardo Ríos Cruz | Contrabajos José Luis García Fernández, Fernando de Jesús Martínez Flores, Lalita Madhava Pérez Acosta, Jerónimo José Porrúa Molina, Raúl Espinoza López y Mario Jair Cerda Fernández | Flautas Guadalupe Itzel Melgarejo García, Alejandro Hernández Cruz y Agnes Marie J. Bolly | Oboes César Ramón Sánchez Cruz, Ángela Marcela Cáceres Carreño y Miguel Ángel Ramos Olvera | Clarinetes Ángel Sebastián Cedillo Rodríguez, Ismael Martínez Vázquez y Emma Giovanna López Gómez | Fagotes José Ángel Flores Pérez, Mariana Olaiz Ochoa y Aldo Iván Martínez Juárez | Cornos Franceses José Salvador Herrera Caballero, Jaime Ríos Ortiz, José Bautista Martínez, Victoria Guadalupe Moreno Mejía, Enrique de Jesús Hernández Mendoza | Trompetas Armando Cedillo Rodríguez, Manuel Ruiz Martínez, Horlando Plata Flores y Eduardo Tepox Valdés | Trombones Leonel Pacheco Sandoval, Agustín Jiménez Contreras y José Sergio Herrera Espinosa | Tuba Edson Jorge Chicatti Guzmán Arpa Mara Tamayo Márquez | Piano Elena Ananyeva | Timbal Francisco Javier Sánchez Cárdenas Percusiones José Luis Perales Colorado, Martha López Armenta y Víctor M. Rojas Guzmán Coordinador Artístico Armando Cedillo Administrativo Teresa Ojeda Galetto, Helio Huesca Martínez, Ricardo Martínez Salazar, Yolanda Flores Flores y María Teresa Orea Flores | Personal Técnico Moisés Carrasco Aguilar, José Encarnación López López, Felipe de Jesús Vázquez y Ernesto Hernández Herrera | Bibliotecario César Cruz Soriano.

ENIVIA MURÉ 

Soprano

Desde que debutó en la Ópera de Bellas Artes, cantando Floria en Tosca, ha interpretado numerosos roles con esta y otras compañías de su país. Ha encarnado a Nedda en Pagliacci; a Micaela en Carmen; a Manon en Manon Lescaut y a Fidelia en Edgar. En Europa su debut fue en Alemania, donde interpretó a Amelia en Simon Boccanegra, mientras que en Estados Unidos se presentó por primera vez en la Long Beach Ópera con el papel de Camelia en Únicamente la verdad. De origen poblano, recientemente participó en la ópera Carmen y en la opereta La viuda alegre. A los ocho años de edad comenzó a estudiar en el Conservatorio de Música de su estado natal, donde mostró notoria inclinación hacia el piano y participó en diversos ensambles corales. Posteriormente aprendió a tocar ‑auta transversa en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), MÓNICA COVARRUBIAS Mezzosoprano ENIVIA MURÉ Soprano donde al cursar la Licenciatura se especializó en Canto y fue asignada, durante varios meses, como parte de un intercambio con la Universidad Nacional Autónoma de México. Es integrante del grupo vocal femenino 5 Musas, con el que graba actualmente diversas producciones. Fue protagonista del musical ¡Oh Catarina!, la China Poblana, presentado recientemente en el Centro para las Artes TETIEM de Puebla, y se integró al coro que acompañó al cantante Kalimba con la Orquesta Sinfónica de la BUAP. Recientemente debutó como solista de la Orquesta Filarmónica 5 de Mayo, por invitación del maestro Fernando Lozano. En producciones en San Miguel de Allende, Guanajuato, ha participado como Mimí en La Bohème; Leonora en Il trovatore y Violetta en La Traviata, y en el Cenart como Donna Elvira en Don Giovanni. Próximamente interpretará un concierto en homenaje a la legendaria soprano Virginia Zeani en West Palm Beach. Ha interpretado numerosas veces el repertorio de lied en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Arte y la Sala Carlos Chávez.

MÓNICA COVARRUBIAS

Mezzosoprano

De origen poblano, recientemente participó en la ópera Carmen y en la opereta La viuda alegre. A los ocho años de edad comenzó a estudiar en el Conservatorio de Música de su estado natal, donde mostró notoria inclinación hacia el piano y participó en diversos ensambles corales. Posteriormente aprendió a tocar ‑auta transversa en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), MÓNICA COVARRUBIAS Mezzosoprano ENIVIA MURÉ Soprano donde al cursar la Licenciatura se especializó en Canto y fue asignada, durante varios meses, como parte de un intercambio con la Universidad Nacional Autónoma de México. Es integrante del grupo vocal femenino 5 Musas, con el que graba actualmente diversas producciones. Fue protagonista del musical ¡Oh Catarina!, la China Poblana, presentado recientemente en el Centro para las Artes TETIEM de Puebla, y se integró al coro que acompañó al cantante Kalimba con la Orquesta Sinfónica de la BUAP. Recientemente debutó como solista de la Orquesta Filarmónica 5 de Mayo, por invitación del maestro Fernando Lozano.

ROGELIO MARÍN

Tenor

Ganador de los concursos Carlo Morelli, de México, y Giuseppe Verdi, de Parma, Italia. Comenzó su carrera profesional en Alemania, cantando Tamino en La ­auta mágica. Durante los tres años siguientes participó en El murciélago y en El barbero de Sevilla. A partir de entonces se ha presentado en importantes teatros de ópera de Madrid, Málaga, Milán, Venecia, Palermo, Verona, Montpellier, Bilbao y Múnich, entre otras. Originario de Puebla, estudió canto con ­guras del ámbito operístico como Octavio Arévalo, Luis Ledesma y Thusnelda Nieto. Su repertorio está compuesto por música mexicana de concierto, folclórica nacional, francesa, iberoamericana, teatro musical, lied, zarzuela, oratorios y ópera. Su experiencia como solista abarca obras como el Requiem Ha compartido escenario con Renato Bruson, Stefano Ranzani, Aldo Ceccatto, Marcello Viotti, Gian Carlo del Monaco, la Münchner Orquesta y la Orquesta Sinfónica de Bilbao, entre otras agrupaciones. En Ciudad de México se ha presentado con la Orquesta Sinfónica Nacional (El Mesías); la Orquesta Sinfónica de Minería (Nabucco); la Orquesta Filarmónica de la UNAM (La creación de Haydn y Acis y Galatea) y la Ópera de Bellas Artes (El barbero de Sevilla y Elixir de Amor). Recientemente participó en los estrenos de Alma y MozART, así como en el estreno en México de Pygmalion.

JACOB BRAVO

Barítono

Ganador de los concursos Carlo Morelli, de México, y Giuseppe Verdi, de Parma, Italia. Comenzó su carrera profesional en Alemania, cantando Tamino en La ­auta mágica. Durante los tres años siguientes participó en El murciélago y en El barbero de Sevilla. A partir de entonces se ha presentado en importantes teatros de ópera de Madrid, Málaga, Milán, Venecia, Palermo, Verona, Montpellier, Bilbao y Múnich, entre otras. Originario de Puebla, estudió canto con ­guras del ámbito operístico como Octavio Arévalo, Luis Ledesma y Thusnelda Nieto. Su repertorio está compuesto por música mexicana de concierto, folclórica nacional, francesa, iberoamericana, teatro musical, lied, zarzuela, oratorios y ópera,

Su experiencia como solista abarca obras como el Requiem en re menor y Krönungsmesse, de Wolfgang Amadeus Mozart, Missa en sol mayor D.167 de Franz Schubert; Carmina Burana de Carl Orff; Novena Sinfonía Coral de Ludwig van Beethoven, así como las óperas Las bodas de Fígaro, Le nozze di Figaro La serva padrona, Fausto, Le convenienze ed inconvenienze teatrale, La Traviata,  Gianni Schicchi, Tosca, Madama Butter­y, Carmen, Don Gil de Alcalá, Nabucco y recientemente Rigoletto. Su desempeño vocal y escénico le han permitido interpretar roles tanto de barítono como de bajo.

CORO DE LA COMPAÑÍA DE ÓPERA DE LA BUAP

María Magdalena Reyes Guerrero “Magda rey”, Directora Plataforma de desenvolvimiento artístico vocal y escénico, formada principalmente por estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y por jóvenes poblanos con talento vocal. Al mismo tiempo, en su compromiso artístico por mantener la calidad escénica y vocal, se convierte en un producto de difusión cultural de alta calidad. El repertorio que maneja es el Bel Canto en su predominio operístico. No obstante, parte del acervo musical que se genera incluye el Canto de concierto, el Musical de Broadway, la Zarzuela y el performance vocal. Desde 2009 ha realizado temporadas de ópera en importantes recintos y festivales de la Ciudad de México y de Puebla, además de recitales académicos y puestas en escena. En 2014, gracias a su calidad y desempeño músico-escénico, se convirtió en el coro o­cial de la Filarmónica 5 de Mayo, participando en el estreno mundial de la Sinfonía 5 de Mayo de Venus Rey Jr.

Sopranos Andrea Mariel Juárez Lugo, Carmen María Carvajal Bonanni, Ethel Trujillo Amezcua, Gabriela Guerrero Escamilla, Karla Teresa Martínez Durán, Katia Arellano Méndez, Mara Paulina Carrasco López, María del Refugio Juárez Huerta, María Fernanda Martínez Durán, María José Palma Barrera, Paola Romero Romo, Pilar Ramos Oviedo, Ruth Evangelina Ek Tun y Uxue Regino Aquino Cortes Mezzosopranos Emanuel Cacho Rodríguez, Isabel Hernández Luna, Luisa Fernanda Velázquez, Marcela Aide Martínez Muñoz, María Bernardita Oceltotl Coatl, Martín Arellano Serrano, Patricia Ronquillo Montealegre, Pilar Ramos Oviedo, Rosa María Juárez Lugo y Samanta García Maldonado Tenores Aarón Carmona, Abraham Lozada Desión, Alejandro Rivera Zepeda, Francisco Vergara, Isaac Nolasco Salinas, Joel Zárate Rosas, Luis Damián Rosas Reynoso, Rafael Montiel Martínez, Rafael Vargas Sánchez y Ricardo Daniel Guerrero Díaz | Barítonos Alejandro Pérez Rodríguez, Daniel Toxqui Torres, Germán Prieto Molina, José Celso Caballero Ulloa, José Luis Pérez, Juan Carlos Téllez Valencia, Leonel Ramírez, Noé Gastellou Villalba y Raúl Morales Velazco.

CORO UNIVERSITARIO DE LA BUAP

Agustín Peñuela Cortés, Director Se formó en 2007 y es parte fundamental del programa impulsado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla para promover la actividad coral en niños, jóvenes y adultos. Está constituido principalmente por estudiantes del Colegio de Música y egresados universitarios. Se ha presentado en importantes escenarios de la región centro del país, difundiendo un amplio repertorio de diversos géneros y estilos musicales. Recientemente presentó su primera grabación para conmemorar su décimo aniversario. Ha realizado los estrenos mundiales de varias obras corales, destacando la cantata Tranquilo remanso donde las estrellas duermen, por encargo de la Academia Mexicana de Música Antigua para Órgano. Desde 2014 coparticipa en el montaje de proyectos sinfónico-corales con la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla. Sopranos primeros Ethel Trujillo Amezcua, Galia de la Rosa Martínez, Lisset Rojas Aparicio, Luz Natalia Badillo Pacheco, María del Socorro Herrera Morales y Tannia Elizabeth Oliver Pacheco | Sopranos segundos Alejandra Gabriela Durán Escamilla, Guadalupe Gómez Nochebuena, Nayeli Cisneros Flores, Mariana Espinosa Calixto y Lesly Valeria Cebada Flores | Altos primeros Aziel Sotomayor Hernández, Lorenz Hernández Galindo, Magdalena López Martínez, María Inés Salgado Linares y Silvia Janel Castillo Hernández | Altos segundos Ana María Mendoza Salazar, Andrea Miranda Martínez, Denisse V. Chirinos Casco, Eva Denise Torres Koh, Katia Ninel González Vélez y Marcela Aide Martínez Muñoz | Tenores primeros Ángel Alonso Flores Hernández, Daniel Pérez Martínez, Gerardo Altamirano Cruz, Juan Ángel Núñez Montiel, Juan Pablo García Palacios y Mario Alberto Gatica Alonso | Tenores segundos Alan Adrián Mendiola Olazagasti, Carlos Norberto Sánchez Rodríguez, Gerardo Vicente Jiménez, José Felipe Rojas Lara y Juan Carlos Olaya Hernández | Bajos primeros Luis Felipe Romero Mejía, David Pérez Fortis y Andrés Rodríguez Loranca | Bajo segundos José de Jesús Meza Avendaño, Juan Antonio Portillo Rodríguez y Daniel Iván Sambrano González

Información tomada del programa de mano elaborado por la Dirección de Difusión y Desarrollo de Públicos

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En 1817, la Sociedad Filarmónica Real de Londres encargó al maestro una obra, para lo cual decidió trabajar sobre algunos apuntes hechos en 1811 y en los que se advertía ya un sustento tonal en re menor. En 1818, mientras escribía su Missa Solemnis, Beethoven tenía en mente dar forma a otras dos sinfonías, una de ellas con un coral y otra puramente instrumental. En 1822, al completar la Missa, la sociedad londinense le recordó el encargo hecho cinco años atrás y el músico se vio con el compromiso de satisfacer la petición considerando concretar la sinfonía instrumental.
Recordó un antiguo proyecto, ideado en 1793, que consistía en llevar a la música el texto An die Freude (Oda a la alegría) del poeta, dramaturgo, ­filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller. En 1823, la que sería su Sinfonía n.° 9 ya mostraba caracteres de grandiosidad y magnificencia, de modo que Beethoven la consideró el marco adecuado para la oda de Schiller.
A partir de un texto de Jorge Vázquez Pacheco.

Director titular: Fernando Lozano

Enivia Muré, soprano

Mónica Covarrubias, mezzosoprano

Rogelio Marín, tenor

Jacob Bravo, barítono

Coro de la Compañía de Ópera de la BUAP

Dirección: Magda Rey

Coro de La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Dirección: Agustín Peñuela Cortés


La Sinfonía n.° 9 en re menor, Op. 125 Coral se grabó dentro del marco de la Temporada de conciertos de Otoño 2017 de la Sinfónica 5 de mayo, el 25 de noviembre en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (CENART), Ciudad de México (CDMX).

Notas al programa

Ritual

Manuel Enríquez (México, 1926 – 1994)

Originario de Ocotlán, Jalisco, este compositor es una de las personalidades más significativas en el contexto de la música mexicana contemporánea. Su prolongada y fructífera trayectoria abarcó todos los campos del quehacer musical –incluyendo la función administrativa– y en todos registró una destacada actuación.

Como autor representa la apertura decisiva hacia la vanguardia y la ruptura con las formas nacionalistas. En su creatividad inicial mostró una notable inclinación hacia la politonalidad, con ciertos rasgos que sugieren la influencia de Paul Hindemith, particularmente en su Suite para violín y piano (1949) y en su Concierto para violín y orquesta (1954). Pero en sus obras posteriores observamos la evolución hacia el atonalismo y el serialismo selectivo, en medio de estructuras formales de mayor libertad.

Desde 1964 trabajó también sobre las técnicas aleatorias y fue uno de los primeros mexicanos que incursionaron con notable acierto en la música electroacústica.

Aunque su música de cámara ha sido ejecutada y bien recibida en muchos escenarios del mundo, sus trabajos orquestales se contemplan como ejercicios de madurez que influyeron decisivamente en muchos compositores jóvenes. Destacan sus partituras Trayectorias (1967), Ritual (1973) y Raíces (1977). Lo mismo ocurre con sus cinco cuartetos de cuerda (escritos entre 1957 y 1988), que sintetizan su lenguaje expresivo característico y que forman parte del repertorio mejor acabado

en la música de cámara creada en México durante la segunda mitad del

siglo XX. Ritual fue estrenada en abril de 1973, en Toulouse, Francia, por la Orquesta de la Radio Televisión Francesa, bajo la dirección de Luis Herrera de la Fuente. En torno a esta partitura, el autor redactó que su intención fue dejar estados de misticismo combinados con otros festivos y otros más de incertidumbre anímica. En un contexto de cierta libertad, aunque no es del todo aleatoria, el director de la orquesta es “el único que realmente puede transformar la estructura de la obra”.

Sinfonía n.° 9

Sinfonía n.° 9 en re menor, Op. 125 Coral Ludwig van Beethoven (Alemania, 1770 – Austria, 1827)

La Novena sinfonía de Beethoven, con toda la popularidad que le es propia, resulta un caso sumamente especial en el catálogo de este autor. Su proceso de escritura fue difícil y tortuoso, de lo cual es significativo el hecho de que exista un espacio de 12 largos años entre la Octava sinfonía y la Novena. Aquella fue terminada en 1812 y ésta en 1824.

En 1817, la Sociedad Filarmónica Real de Londres realizó un encargo al maestro, para lo cual éste decidió comenzar a trabajar sobre algunos apuntes que había hecho en 1811 y en los cuales ya se advertía un sustento tonal en re menor. En 1818, mientras escribía su Missa Solemnis, Beethoven tenía en mente dar forma a otras dos sinfonías, una de ellas con un ­nal coral y otra de conclusión puramente instrumental. Pero en 1822, al completar la Missa, la sociedad londinense le recordó el encargo de cinco años atrás y el músico se vio con el compromiso de satisfacer la petición considerando la posibilidad de concretar la sinfonía instrumental. Un remate sinfónico cantado en alemán, además de inusual para la época, seguramente carecería de sentido para el público inglés. Pero los bocetos que había preparado para el ­nal instrumental ya habían sido utilizados en el último movimiento del Cuarteto en la menor, opus 132, de modo que no había opción y tendría que emplear el material pensado para la sinfonía vocal. En esos días recordó un antiguo proyecto, ideado desde el lejano año de 1793, que consistía en llevar a la música el texto An die Freude (Oda a la alegría), del poeta, dramaturgo y ­filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller. Durante muchos años esta idea regresaba a la mente del compositor, sin encontrar el esquema de adecuada monumentalidad para incrustar dicho texto.

En 1823, la que sería su Sinfonía n.° 9 ya mostraba los caracteres de grandiosidad y magnificencia, de modo que Beethoven la consideró el marco adecuado para la oda de Schiller. Vino entonces la tarea de encontrar una solución satisfactoria al problema que representaba la transición de los tres fragmentos orquestales anteriores hacia un cuarto cantado con solistas y coro mixto. Luego de varios intentos nada satisfactorios, optó por un procedimiento de carácter tan personal como insólito. De este modo, el inicio del cuarto movimiento, con sus citas a temas de los movimientos precedentes mediante la voz de violonchelos y contrabajos, se convirtió en el recitativo orquestal más sorprendente hasta entonces escrito. Después de esto, un murmullo en las cuerdas graves esboza el tema que acompañará las frases de Schiller para hacerlo pasar paulatinamente a la totalidad de la orquesta, en un ámbito de jubiloso entusiasmo. Es entonces cuando se da la primera intervención vocal, asignada al barítono.

Pero las proporciones majestuosas de la Novena sinfonía no se dan sólo en el cuarto movimiento. El inicio mismo es tan sorprendente que se erigió como modelo que siguieron compositores posteriores a él y a lo largo de casi un siglo. Se trata de un principio en forma de trémolo, misterioso e indefinido, en que el tema no se presenta de inmediato sino que tarda en cobrar forma. El scherzo, por su parte, pasó a ser el segundo movimiento en lugar del tercero. Inicia con cuatro compases dialogados entre cuerdas y timbales y se desarrolla en forma de fuga a cinco voces a la manera de un ensayo sobre una sola ­figura rítmica, con irrupciones esporádicas de un rústico trío en tonalidad mayor y un segundo motivo en tonalidad de fa. El tercer tiempo es, básicamente, una larga y tranquila melodía cuyas variaciones alternan con una melodía complementaria. Todo ello prepara la irrupción del cuarto movimiento, el que contiene la Oda a la alegría.

Hacia el último fragmento, una vez que la orquesta en pleno ha presentado la sencilla y conmovedora melodía del tema principal, que aquí desemboca en una fuga de formidable complejidad, el barítono se enfrenta al aparente desorden sonoro con las palabras “Amigos, estos sonidos no. Entonemos algo más agradable y lleno de alegría”. Luego entona el tema principal seguido por el coro y los otros tres solistas. Sigue el vivace en forma de marcha, sobre la que canta el tenor antes de la irrupción de otra agitada fuga en la que predomina el tema enunciado por el tenor. Cuando se interrumpe este pasaje de vorágine, el coro irrumpe ahora con el tema principal apoyado por rápidas ­guras enunciadas por las cuerdas. Viene después el andante maestoso, con participación de tenores y barítonos en el coro acompañados por los trombones. Los solistas y el coro alternan cantando un tema nuevo; después de unos momentos en el que los solistas abordan una compleja sección, todos se deslizan hacia el paroxismo del arrollador y jubiloso ­final.

Las crónicas de la época registran que el éxito en aquella noche del 7 de mayo de 1824 rebasó las expectativas generadas. Beethoven, quien con todo y su sordera absoluta dirigió el estreno de su sinfonía, no pudo percatarse de las salvas de aplausos que el público dedicaba a los intérpretes. Entonces, la soprano Caroline Unger le tomó de la mano y le hizo voltear hacia un público que aplaudía con intensidad y entusiasmo pocas veces registrados.

Desde luego que una obra con tantos elementos novedosos no pasaría inadvertida para los críticos de la época y fue precisamente la parte coral la más criticada. Durante los ensayos trascendió la inconformidad de algunos cantantes del coro, que se quejaban desde las notas agudas que el autor exigía, hasta la forma por completo atípica de escritura vocal en que las demandas son tan difíciles que algunos consideraron esta parte imposible de cantar.

La explicación simple podría encontrarse en la sordera de Beethoven, pero el asunto es más complejo. Hacia la época de este músico, la producción para grupos vocales se apegaba a modelos obsoletos y nada adecuados al nivel alcanzado en la escritura instrumental. Por lo mismo, cuando Beethoven intentó escribir música vocal como complemento para su sinfonía, el resultado fue más allá de las posibilidades normales de los coros. Aún ahora con las modernas técnicas de enseñanza y práctica, la Novena sinfonía se mantiene dentro del repertorio propio de conjuntos corales de amplias posibilidades artísticas.

Jorge Vázquez Pacheco

https://www.buap.mx/ [Consulta: 19 octubre 2018]

FERNANDO LOZANO 

Director Titular Filarmónica 5 de mayo

Estudió música en México, Francia, España, Italia y Países Bajos. Inició su trayectoria profesional en 1961 y desde entonces ha participado como director de ópera y de las principales orquestas sinfónicas de México, Alemania, Argentina, Austria, Canadá, ex Checoslovaquia, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Hungría, Polonia, Puerto Rico, Rusia, Lituania, Uruguay y Venezuela. En 1971 fue nombrado Director de la Orquesta de la Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes, puesto que ocupó durante tres años. En 1978 formó la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, con la que ofreció conciertos en importantes escenarios de América, Asia y Europa. En 1987 promovió la formación de Orquestas y Coros Juveniles de México, programa nacional que llegó a integrar más de 100 sinfónicas. De 1990 a 1996 fue fundador y Director Artístico de la Orquesta Sinfónica “Carlos Chávez”. Creó y fue Director del Festival de Música y Danza de Monterrey y Director Artístico y fundador del Festival Internacional de Música de Morelia. Ha impartido Dirección de orquesta en el Conservatorio Nacional de Música, la Escuela “Vida y Movimiento” y en la Escuela Nacional de Música de la UNAM (cátedra Manuel M. Ponce). En 1997 fundó la Orquesta Sinfónica Miguel Hidalgo de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y fue su Director Artístico durante cuatro años. En 1981 recibió en París el Óscar “Georges Auric” de la Academia del Disco Francés y en 1996 el Orfeo de Oro “Michel Garcin” de la Academia Francesa del Disco Lírico “A la mejor creación discográfica” por la primera grabación mundial de la ópera Ildegonda, de Melesio Morales. Desde febrero de 2013 es Director Artístico de la Filarmónica 5 de Mayo.

FILARMÓNICA 5 DE MAYO 

Fernando Lozano, Director titular Balbi Cotter, Concertino Violines Primeros Jackeline Walkirya González Ruiz, Aleksander Antoni Dechnik Vázquez, Alberto Lora Grajales, Jacinto Alatriste Reyes, Martha Angélica Vázquez Jarquín, Paulina González Escobar, Daniel Itzcoatl Uribe Domínguez, Julia Martínez Zarzosa Guerrero, Paulina Espinosa Hernández, Omar César Martínez Ponce, Aina Delfín Roji y Joel Andrés Sierra García | Violines Segundos María Argelia Barajas Nava, Ignacio Delfín Roji, Irving Brenis Nolasco, Irene Cuellar Ledezma, Omar Montes Cuevas, Fernando Rodríguez Huerta, Juan Pablo Guillén Bermúdez, Gabriel Montuy Ocampo, Karen Cano Magdaleno, Martín Sánchez Ramos y Abraham Sinué Bautista Medrano | Violas Guillermo Gutiérrez Crespo, Gabino Antonio Hernández y Domínguez, José Luis Valentín Vidal, Rey Alejandro Conde Valdivia, Omar Ruiz García, Sergio Bautista Ramírez, Diego Martín Hernández, Federico Herrera Ibarra y Jennifer Lazy Quian López | Violonchelos Jan Zalud, Marie Adelaide Lipkau Martínez, Daniel Hernández López, Omar Sánchez Manriquez, Emmanuel Laurean García, Karla Tovar Guardado, Marcos Daniel Aponte Trujillo y José Ricardo Ríos Cruz | Contrabajos José Luis García Fernández, Fernando de Jesús Martínez Flores, Lalita Madhava Pérez Acosta, Jerónimo José Porrúa Molina, Raúl Espinoza López y Mario Jair Cerda Fernández | Flautas Guadalupe Itzel Melgarejo García, Alejandro Hernández Cruz y Agnes Marie J. Bolly | Oboes César Ramón Sánchez Cruz, Ángela Marcela Cáceres Carreño y Miguel Ángel Ramos Olvera | Clarinetes Ángel Sebastián Cedillo Rodríguez, Ismael Martínez Vázquez y Emma Giovanna López Gómez | Fagotes José Ángel Flores Pérez, Mariana Olaiz Ochoa y Aldo Iván Martínez Juárez | Cornos Franceses José Salvador Herrera Caballero, Jaime Ríos Ortiz, José Bautista Martínez, Victoria Guadalupe Moreno Mejía, Enrique de Jesús Hernández Mendoza | Trompetas Armando Cedillo Rodríguez, Manuel Ruiz Martínez, Horlando Plata Flores y Eduardo Tepox Valdés | Trombones Leonel Pacheco Sandoval, Agustín Jiménez Contreras y José Sergio Herrera Espinosa | Tuba Edson Jorge Chicatti Guzmán Arpa Mara Tamayo Márquez | Piano Elena Ananyeva | Timbal Francisco Javier Sánchez Cárdenas Percusiones José Luis Perales Colorado, Martha López Armenta y Víctor M. Rojas Guzmán Coordinador Artístico Armando Cedillo Administrativo Teresa Ojeda Galetto, Helio Huesca Martínez, Ricardo Martínez Salazar, Yolanda Flores Flores y María Teresa Orea Flores | Personal Técnico Moisés Carrasco Aguilar, José Encarnación López López, Felipe de Jesús Vázquez y Ernesto Hernández Herrera | Bibliotecario César Cruz Soriano.

ENIVIA MURÉ 

Soprano

Desde que debutó en la Ópera de Bellas Artes, cantando Floria en Tosca, ha interpretado numerosos roles con esta y otras compañías de su país. Ha encarnado a Nedda en Pagliacci; a Micaela en Carmen; a Manon en Manon Lescaut y a Fidelia en Edgar. En Europa su debut fue en Alemania, donde interpretó a Amelia en Simon Boccanegra, mientras que en Estados Unidos se presentó por primera vez en la Long Beach Ópera con el papel de Camelia en Únicamente la verdad. De origen poblano, recientemente participó en la ópera Carmen y en la opereta La viuda alegre. A los ocho años de edad comenzó a estudiar en el Conservatorio de Música de su estado natal, donde mostró notoria inclinación hacia el piano y participó en diversos ensambles corales. Posteriormente aprendió a tocar ‑auta transversa en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), MÓNICA COVARRUBIAS Mezzosoprano ENIVIA MURÉ Soprano donde al cursar la Licenciatura se especializó en Canto y fue asignada, durante varios meses, como parte de un intercambio con la Universidad Nacional Autónoma de México. Es integrante del grupo vocal femenino 5 Musas, con el que graba actualmente diversas producciones. Fue protagonista del musical ¡Oh Catarina!, la China Poblana, presentado recientemente en el Centro para las Artes TETIEM de Puebla, y se integró al coro que acompañó al cantante Kalimba con la Orquesta Sinfónica de la BUAP. Recientemente debutó como solista de la Orquesta Filarmónica 5 de Mayo, por invitación del maestro Fernando Lozano. En producciones en San Miguel de Allende, Guanajuato, ha participado como Mimí en La Bohème; Leonora en Il trovatore y Violetta en La Traviata, y en el Cenart como Donna Elvira en Don Giovanni. Próximamente interpretará un concierto en homenaje a la legendaria soprano Virginia Zeani en West Palm Beach. Ha interpretado numerosas veces el repertorio de lied en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Arte y la Sala Carlos Chávez.

MÓNICA COVARRUBIAS

Mezzosoprano

De origen poblano, recientemente participó en la ópera Carmen y en la opereta La viuda alegre. A los ocho años de edad comenzó a estudiar en el Conservatorio de Música de su estado natal, donde mostró notoria inclinación hacia el piano y participó en diversos ensambles corales. Posteriormente aprendió a tocar ‑auta transversa en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), MÓNICA COVARRUBIAS Mezzosoprano ENIVIA MURÉ Soprano donde al cursar la Licenciatura se especializó en Canto y fue asignada, durante varios meses, como parte de un intercambio con la Universidad Nacional Autónoma de México. Es integrante del grupo vocal femenino 5 Musas, con el que graba actualmente diversas producciones. Fue protagonista del musical ¡Oh Catarina!, la China Poblana, presentado recientemente en el Centro para las Artes TETIEM de Puebla, y se integró al coro que acompañó al cantante Kalimba con la Orquesta Sinfónica de la BUAP. Recientemente debutó como solista de la Orquesta Filarmónica 5 de Mayo, por invitación del maestro Fernando Lozano.

ROGELIO MARÍN

Tenor

Ganador de los concursos Carlo Morelli, de México, y Giuseppe Verdi, de Parma, Italia. Comenzó su carrera profesional en Alemania, cantando Tamino en La ­auta mágica. Durante los tres años siguientes participó en El murciélago y en El barbero de Sevilla. A partir de entonces se ha presentado en importantes teatros de ópera de Madrid, Málaga, Milán, Venecia, Palermo, Verona, Montpellier, Bilbao y Múnich, entre otras. Originario de Puebla, estudió canto con ­guras del ámbito operístico como Octavio Arévalo, Luis Ledesma y Thusnelda Nieto. Su repertorio está compuesto por música mexicana de concierto, folclórica nacional, francesa, iberoamericana, teatro musical, lied, zarzuela, oratorios y ópera. Su experiencia como solista abarca obras como el Requiem Ha compartido escenario con Renato Bruson, Stefano Ranzani, Aldo Ceccatto, Marcello Viotti, Gian Carlo del Monaco, la Münchner Orquesta y la Orquesta Sinfónica de Bilbao, entre otras agrupaciones. En Ciudad de México se ha presentado con la Orquesta Sinfónica Nacional (El Mesías); la Orquesta Sinfónica de Minería (Nabucco); la Orquesta Filarmónica de la UNAM (La creación de Haydn y Acis y Galatea) y la Ópera de Bellas Artes (El barbero de Sevilla y Elixir de Amor). Recientemente participó en los estrenos de Alma y MozART, así como en el estreno en México de Pygmalion.

JACOB BRAVO

Barítono

Ganador de los concursos Carlo Morelli, de México, y Giuseppe Verdi, de Parma, Italia. Comenzó su carrera profesional en Alemania, cantando Tamino en La ­auta mágica. Durante los tres años siguientes participó en El murciélago y en El barbero de Sevilla. A partir de entonces se ha presentado en importantes teatros de ópera de Madrid, Málaga, Milán, Venecia, Palermo, Verona, Montpellier, Bilbao y Múnich, entre otras. Originario de Puebla, estudió canto con ­guras del ámbito operístico como Octavio Arévalo, Luis Ledesma y Thusnelda Nieto. Su repertorio está compuesto por música mexicana de concierto, folclórica nacional, francesa, iberoamericana, teatro musical, lied, zarzuela, oratorios y ópera,

Su experiencia como solista abarca obras como el Requiem en re menor y Krönungsmesse, de Wolfgang Amadeus Mozart, Missa en sol mayor D.167 de Franz Schubert; Carmina Burana de Carl Orff; Novena Sinfonía Coral de Ludwig van Beethoven, así como las óperas Las bodas de Fígaro, Le nozze di Figaro La serva padrona, Fausto, Le convenienze ed inconvenienze teatrale, La Traviata,  Gianni Schicchi, Tosca, Madama Butter­y, Carmen, Don Gil de Alcalá, Nabucco y recientemente Rigoletto. Su desempeño vocal y escénico le han permitido interpretar roles tanto de barítono como de bajo.

CORO DE LA COMPAÑÍA DE ÓPERA DE LA BUAP

María Magdalena Reyes Guerrero “Magda rey”, Directora Plataforma de desenvolvimiento artístico vocal y escénico, formada principalmente por estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y por jóvenes poblanos con talento vocal. Al mismo tiempo, en su compromiso artístico por mantener la calidad escénica y vocal, se convierte en un producto de difusión cultural de alta calidad. El repertorio que maneja es el Bel Canto en su predominio operístico. No obstante, parte del acervo musical que se genera incluye el Canto de concierto, el Musical de Broadway, la Zarzuela y el performance vocal. Desde 2009 ha realizado temporadas de ópera en importantes recintos y festivales de la Ciudad de México y de Puebla, además de recitales académicos y puestas en escena. En 2014, gracias a su calidad y desempeño músico-escénico, se convirtió en el coro o­cial de la Filarmónica 5 de Mayo, participando en el estreno mundial de la Sinfonía 5 de Mayo de Venus Rey Jr.

Sopranos Andrea Mariel Juárez Lugo, Carmen María Carvajal Bonanni, Ethel Trujillo Amezcua, Gabriela Guerrero Escamilla, Karla Teresa Martínez Durán, Katia Arellano Méndez, Mara Paulina Carrasco López, María del Refugio Juárez Huerta, María Fernanda Martínez Durán, María José Palma Barrera, Paola Romero Romo, Pilar Ramos Oviedo, Ruth Evangelina Ek Tun y Uxue Regino Aquino Cortes Mezzosopranos Emanuel Cacho Rodríguez, Isabel Hernández Luna, Luisa Fernanda Velázquez, Marcela Aide Martínez Muñoz, María Bernardita Oceltotl Coatl, Martín Arellano Serrano, Patricia Ronquillo Montealegre, Pilar Ramos Oviedo, Rosa María Juárez Lugo y Samanta García Maldonado Tenores Aarón Carmona, Abraham Lozada Desión, Alejandro Rivera Zepeda, Francisco Vergara, Isaac Nolasco Salinas, Joel Zárate Rosas, Luis Damián Rosas Reynoso, Rafael Montiel Martínez, Rafael Vargas Sánchez y Ricardo Daniel Guerrero Díaz | Barítonos Alejandro Pérez Rodríguez, Daniel Toxqui Torres, Germán Prieto Molina, José Celso Caballero Ulloa, José Luis Pérez, Juan Carlos Téllez Valencia, Leonel Ramírez, Noé Gastellou Villalba y Raúl Morales Velazco.

CORO UNIVERSITARIO DE LA BUAP

Agustín Peñuela Cortés, Director Se formó en 2007 y es parte fundamental del programa impulsado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla para promover la actividad coral en niños, jóvenes y adultos. Está constituido principalmente por estudiantes del Colegio de Música y egresados universitarios. Se ha presentado en importantes escenarios de la región centro del país, difundiendo un amplio repertorio de diversos géneros y estilos musicales. Recientemente presentó su primera grabación para conmemorar su décimo aniversario. Ha realizado los estrenos mundiales de varias obras corales, destacando la cantata Tranquilo remanso donde las estrellas duermen, por encargo de la Academia Mexicana de Música Antigua para Órgano. Desde 2014 coparticipa en el montaje de proyectos sinfónico-corales con la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla. Sopranos primeros Ethel Trujillo Amezcua, Galia de la Rosa Martínez, Lisset Rojas Aparicio, Luz Natalia Badillo Pacheco, María del Socorro Herrera Morales y Tannia Elizabeth Oliver Pacheco | Sopranos segundos Alejandra Gabriela Durán Escamilla, Guadalupe Gómez Nochebuena, Nayeli Cisneros Flores, Mariana Espinosa Calixto y Lesly Valeria Cebada Flores | Altos primeros Aziel Sotomayor Hernández, Lorenz Hernández Galindo, Magdalena López Martínez, María Inés Salgado Linares y Silvia Janel Castillo Hernández | Altos segundos Ana María Mendoza Salazar, Andrea Miranda Martínez, Denisse V. Chirinos Casco, Eva Denise Torres Koh, Katia Ninel González Vélez y Marcela Aide Martínez Muñoz | Tenores primeros Ángel Alonso Flores Hernández, Daniel Pérez Martínez, Gerardo Altamirano Cruz, Juan Ángel Núñez Montiel, Juan Pablo García Palacios y Mario Alberto Gatica Alonso | Tenores segundos Alan Adrián Mendiola Olazagasti, Carlos Norberto Sánchez Rodríguez, Gerardo Vicente Jiménez, José Felipe Rojas Lara y Juan Carlos Olaya Hernández | Bajos primeros Luis Felipe Romero Mejía, David Pérez Fortis y Andrés Rodríguez Loranca | Bajo segundos José de Jesús Meza Avendaño, Juan Antonio Portillo Rodríguez y Daniel Iván Sambrano González

Información tomada del programa de mano elaborado por la Dirección de Difusión y Desarrollo de Públicos

9a. Sinfonía de Beethoven Filarmónica 5 de mayo